Petit traité du raisin

Little Treatise on Grapes

Certainly the grape, a fruit off a vine, is not a fruit like others.

This hearty creeper originally appeared in the wild.  Grape seeds were first discovered in the Bronze Age, in lake dwellings close to Parma. Since then, the grapevine has travelled a long way, and, over the centuries and has become one of the most cultivated fruits in the world.  But its history does not follow a straight line.

Its development, owed in good part to the Romans and Greek, has undergone many changes.  Always magnified by the those in power, grapes became, in turn, precious allies of nutrition, a monetary means of exchange, sources of conflict and were at the core of economic and political stakes.  Transformed into wine, they became a symbol of fertility, celebration and togetherness.

In between culture and tradition, grapes adapt to all savours.  Thus, this Little Treatise on Grapes takes the reader through centuries and to all the continents and escorts them to the courts of French kings, to the far reaches of Japan, across Asia and the New World, around recipes sometimes from the past, other times more modern.  And let's not forget the aesthetic side of this magic berry that offers, through wine, its greatest expression and most elegant beauty – or, so the winegrowers say.

Pequeño tratado de la uva

No hay duda, la uva, fruto de la viña, es una fruta distinta.

Esa vigorosa enredadera apareció primero en estado salvaje. Se han descubierto pepitas de uva, a partir de la Edad de Bronce, en las casas lacustres de las inmediaciones de Parma. Posteriormente, la viña se expandió durante siglos por todas las épocas, y la uva ha llegado a ser uno de los frutos más cultivados en el mundo. Pero su historia no sigue una línea recta.

El desarrollo de la uva, especialmente gracias a romanos y griegos, tuvo muchas vicisitudes. Signo de magnificencia de los vencedores, la uva ha sido por momentos un valioso aliado nutricional, moneda extranjera, fuerte de conflictos y centro de retos económicos y políticos. Transformada en vino, es símbolo de fertilidad, alegría y convivencia.

Punto de encuentro de culturas y tradiciones, la uva se adapta a todos los sabores. Este Petit traité du raisin acompaña al lector a través de los siglos, por todos los continentes, desde la corte del rey de Francia hasta los confines de Japón, pasando por Asia y el Nuevo Mundo, con recetas del pasado y otras plenamente modernas. Sin olvidar la estética de esa baya mágica que, a través del vino, expresa su máxima elegancia y belleza, ¡palabra de viñatera!