Saint Joseph, image du Père

Saint Joseph, Image of the Father

Up until the end of the Middle Ages, Saint Joseph was not honored by any specific feast, cult, nor publicly recognized devotion. Nevertheless, he received an exceptional mission from God: to be the spouse of the Virgin Mary by maintaining the virtue of chastity and through this, becoming the adopted father of he who would be revealed as the Messiah, Son of God, Jesus. Now, in the human family, the father ultimately obtains his paternity from God, recognized as the "Father".

The Church is a Body established by Christ; the doctrine and devotions of which have become ever clearer throughout the years. At the beginning of the modern era, Saint Joseph left his state of discretion, which he seems to have lived by devotion, despite his role as spouse and father, emphasized in the Gospels, to benefit from the homage of a particular cult, which the Church offers followers of this Saint, who exhibited a paternity bequeathed from God by excellence.

Saint Joseph is also the completion of an entire genealogical line, revealing true fatherhood, and stemming from the Old Testament through the patriarch, Jacob, his son Joseph, but also a line of figures like Moses and David. Moreover, the Church proposes the meditation through several other virtues of the saint: model for workers, patron saint of good death, patron saint of the universal Church, etc.

These roles and virtues are admirably illustrated by artists who have offered their art to serve faith and who have also largely contributed to making Saint Joseph better known and loved.

The exceptional illustrations by Jean-Paul Dumontier complete the historical background by Jean-Michel Sanchez, Doctor of Art History and specialist of sacred art; and anthropological details contributed by Jean-François Froger; their art together lets one reread the Scriptures dealing with feminine-masculine differences, and recognize the human nature of "fatherhood" in the union of "one single flesh".

San José, imagen del Padre

Hasta finales de la Edad Media, San José no tenía ninguna fiesta específica, ningún culto en particular ni devoción pública. Sin embargo, la misión que recibió de Dios es excepcional: ser el esposo de la Virgen María, respetando la virtud de la castidad, y convertirse por ello en padre adoptivo de quien se revelará más tarde como el Mesías, Hijo de Dios, Jesús.
Ahora bien, en cualquier familia humana, el padre recibe su paternidad de Dios, que se da a conocer como «Padre».
En la Iglesia, Cuerpo de Cristo, la doctrina y las devociones se han ido explicitando a lo largo de los siglos. A principios de la época moderna, san José sale de la reserva en la que parece haber sido confinado por la devoción, a pesar de su papel de esposo y padre, subrayado en los Evangelios, y recibe el homenaje de un culto específico. La Iglesia propone a los fieles el santo, que muestra, por excelencia, la paternidad recibida de Dios.
San José es también la culminación de toda una línea genealógica, reveladora de esa paternidad auténtica, cuyos orígenes proceden del Antiguo Testamento y se transmiten a través del patriarca Jacob, su hijo José y también una línea de figuras, como Moisés y David. Por otra parte, la Iglesia propone meditar sobre otras virtudes del santo: modelo de los trabajadores, patrón de la buena muerte, patrón de la Iglesia universal, etc.
Estos diversos papeles y virtudes están ilustrados admirablemente por artistas, que han puesto su arte al servicio de la fe, contribuyendo así con creces a que se conozca y se ame a san José.

La excepcional iconografía de Jean-Paul Dumontier completa las explicaciones históricas de Jean-Michel Sanchez, doctor en historia del arte y especialista del arte sacro, y la contribución antropológica de Jean-François Froger, con su lectura de las Santas Escrituras sobre la diferencia femenino-masculino, reveladora de la especificidad humana de la «paternidad», en la unión en «una sola carne».